Hacer justicia, pese a la justicia

El populismo judicial es el mayor de los males a los que puede exponerse una sociedad que no termina por comprender la importancia de respetar la Ley.

Los llantos de una madre, los gritos de un familiar que sufre por las heridas provocadas a una víctima son la razón suficiente para que una decisión sancione y aplique la ley de forma equivocada, porque a los mexicanos les complace la justicia, a cualquier costo, aún sobre la misma.

El fin de semana se informó, por parte de la fiscalía de justicia del estado de Sonora que se solicitó, ejecutó y ya están a disposición del juez una pareja de padres de familia que son acusados de encubrimiento.

“Entre otras por alterar, obstruir o manipular de cualquier forma los vestigios, huellas, rastros o fragmentos que se encuentren en el lugar en que se hubiere perpetrado un delito”, dice el comunicado compartido en redes sociales y las publicaciones en twitter de la Fiscal, Claudia Indira Contreras.

Qué es el encubrimiento

Según el artículo 329 del Código Penal y en resumidas cuentas, indica que puede ser acusado o acusada de encubrimiento quien ayuda, de cualquier forma, a cometer un delito o quien facilita el escapar o entorpecer la labor de investigación de un delito.

En seis fracciones se aclara que el ocultar por interés propio los hechos o recibir en prenda y adquirir objetos que se puede suponer fueron obtenidos mediante la comisión de un delito es considerado encubrimiento.

También el no auxiliar en la investigación y a quien no intente impedir la consumación de un delito puede ser puesto ante un juez por encubrimiento y todos estos supuestos pudieron ser cometidos por Gabriela y Sergio Alberto, papás de un joven de nombre Nathan Karim, que el 5 de marzo de 2023 atropelló a tres personas, entre ellas un niño y una niña.

Tras el suceso Nathan Karim no fue detenido, sino que abandonó el lugar de los hechos y las autoridades encontraron el auto sospechoso dos días después dentro de un domicilio. Es 27 de marzo la fecha en que se escribe el presente artículo y el joven que presuntamente es responsable aún no es localizado y se presume que escapó a Estados Unidos.

Sin duda el muchacho que es buscado por el hecho de tránsito fue auxiliado por sus padres, quizá ellos pagaron el viaje, tal vez ellos lo llevaron o le ayudaron a ocultar el auto lo que configura la posibilidad de acusarlos de encubrimiento.

Pero son los padres

El problema al que se enfrenta la fiscalía, en este caso, es que el mismo artículo 329 expone una causa de exclusión del delito, es decir, cuándo no se considera que esas acciones son perseguibles por la autoridad y castigables por el Estado y entre ellas se incluye la relación entre padres, madres e hijos o hijas.

“En los casos a que se contraen las fracciones anteriores, quedan exceptuados de sanción, aquellos que no puedan cumplir con el deber a que ellas se refieren, sin peligro de su persona o de la persona del cónyuge, de la concubina o concubinario, de la adoptante o adoptado, de algún pariente en línea recta o de la colateral dentro del segundo grado”, dice el Código Penal y sigue:

“Y los que no puedan ser compelidos por las autoridades a revelar secreto que se les hubiere confiado en el ejercicio de su profesión o encargo; tampoco se aplicará sanción, en los casos de la fracción I, en lo referente al ocultamiento del infractor y fracción VI, cuando se trate del cónyuge, concubina o concubinario o de pariente del requerido, o de personas a quien éste deba respeto, o cariño, o gratitud o amistad íntima derivados de motivos nobles”. 

Los papás de Nathan Karim no pueden ser acusados o sancionados y quizá tampoco debieron perder su trabajo, como sucedió con la señora Gabriela, ahora ex funcionaria de la dirección de defensora de oficio, quien el 24 de marzo perdió su plaza laboral en la que tenía 25 años de trayectoria. -Mire que sancionar a una mujer por su rol de género en pleno 2023-.

O nos vamos parejo

Pongamos en perspectiva lo sucedido y veamos la viabilidad de sancionar a los padres de familia por los delitos cometidos por sus hijos; puede no ser mala idea, en especial cuando son menores de edad, pues la patria potestad depende de los progenitores o quien se ostenta como tutor o tutora.

Vamos por los padres y madres de familia de quienes son catalogados ahora como “entes generadores de violencia”, Cajeme, Caborca y la zona del desierto del Altar está ocupada por personas que se dedican a actos ilícitos y son hijos o hermanos de alguien más. 

El jóven que roba a los estudiantes por fuera de las escuelas, la mujer que aprovecha la falta de vigilancia en un supermercado. El vendedor de drogas, la encargada de la casa donde se vende alcohol fuera de los horarios… La familia puede un motivante interesante para hacer respetar la Ley.

Entonces vamos a cambiar la ley, porque hoy eso es ilegal. Aunque veamos a padres llorar, madres gritar, tíos y tías angustiados lo justo hoy es que el responsable pague sus errores o delitos, no su familia que ante el riesgo de ver juzgado y sancionado por los mismos hechos a un ser querido la angustia no es menor.

La ley sanciona a quien comete el delito, castiga a quien protege al delincuente por  beneficio directo del hecho más no por relación sentimental, familiar o personal. Pero si esto no nos gusta entonces exijamos cambios en la Ley porque incumplirla lleva una sanción y hoy, en caso de que el Juez castigue a los padres de Nathan, la incumple. ¿deberíamos ir por los familiares del Juez? 

Add a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *